Así como se llora en silencio y a tono bajo cuando la tristeza es muy interna, así te pienso durante la noche, con la fuerza de mi sentimiento, para que como las mágicas infusiones, pueda llegar a tu sueño y aunque no así tu lo quieras, estaré presente en algún momento de tu sueño, aunque en realidad no así sea.
Es esa la esperanza que de momento llega a la vida, la de pensar y tener eso, una esperanza. Que al amanecer de la cargada noche de dudas, aclara si bien es fuerza o se convierte en melancolía de un mal augurio no deseado ante lo negado por una fantasía.
Es el vaivén del viento que trae noticias tuyas, el mismo que me obliga a cerrar la ventana para no oír el rumor lejano de ese tu respiro. El mismo que deberá llegar a ultramar y perderse en el inmenso océano.
Es tu boca que no pronuncia, es tu mirada que no ve hacia la dirección en que te espero; todo aquello que me dice como ese todo es una fantasía, que poco dura en los brazos de la vida.
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