domingo, 2 de octubre de 2011

El peregrinar de las plantas mexicanas.

 

  • Noticias de ultramar

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En el Siglo XVIII la corona española por cedula real de la corte de Carlos III envió una misión a la Nueva España a cargo del médico español Martín de Sessé, que contemplaba el levantamiento de un inventario florístico del territorio novohispano, el establecimiento de un jardín botánico y una cátedra de botánica.

La misión enviada, llega a la capital de la Nueva España (la Ciudad de México) en 1787 y concluye sus actividades en 1803. Después de inventariar los recursos florísticos del virreinato. La inauguración del Real Jardín Botánico de la Nueva España y de la Cátedra de Botánica, se realizó el 1o. de mayo de 1788; como catedrático de botánica se nombro a Vicente Cervantes. A partir de esta institucionalización se implementarían las reformas científicas y administrativas dictadas por la corona española. (Se puso en practica el método de clasificación de Linneo, el cual consiste en estudiar a las plantas a partir de sus estructuras sexuales, que causo ciertas incomodidades entre la sociedad de aquella época).

 

  • Flores para el rey

Ayer MS 1031<br />Memoria Alzate Y Ramirez<br />folio 7<br />scan from 4x5 trans @ 2400 dpi<br />date 8-25-06El primer discípulo que egreso de la recién establecida cátedra de botánica fue (1789) José Mariano Mociño. A quien se le considera el primer botánico mexicano, oriundo de Temascaltepec, Estado de México. Sessé contrato a José Mociño para participar en la expedición de Querétaro, Guanajuato y Valladolid (hoy Morelia-Michoacán) y siguieron a Apatzingán, Colima, Sayula y Guadalajara.

Junto con ellos iba un grupo de investigadores entre los que destacan José Atanasio Echeverría y Vicente de la Cerda como dibujantes. Quienes hicieron llegar al virrey una colección de plantas, dibujos y manuscritos, para su envió a España, para publicarlos en lo que se conoció como Plantae Novae Hispaniae.

 

  • El peregrinar de las plantas mexicanas

En 1803 Mociño viajó a España, con Sessé, donde se desempeñó dos veces como secretario y cuatro veces como presidente de la Real Academia de Medicina de Madrid. Mociño simpatizaba con José Bonaparte, y cuando los franceses se retiraron después de la Guerra de la Independencia Española, fue tomado prisionero, acusado de ser un afrancesado.

Pasado un tiempo logró huir a Francia en donde llevó consigo el manuscrito y las más de 1 400 ilustraciones a color de la Flora Mexicana.

 

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Cuentan que debido a los llamativos colores y las bien dibujadas plantas, las láminas eran objeto de admiración y curiosidad de los militares que lo iban escoltando, por lo que Mociño dormía encima de las acuarelas para evitar su saqueo.

Por ese entonces conoció a Augustin Pyrame de Candolle, padre de la clasificación taxonómica moderna, Candolle lo llevó consigo a Ginebra, Suiza, donde Mociño se convirtió en académico en la Universidad de Ginebra. En Suiza De Candolle, convoco a todas aquellas personas que supieran hacer buen uso del pincel y el lápiz para copiar en el menor tiempo posible los dibujos facilitados por Mociño para su estudio.

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Un centenar de damas de la sociedad ginebrina se dieron a la tarea de reproducir, en un tiempo récord de diez días, las más de mil láminas de dibujos científicos de la flora de México, originalmente realizadas por artistas mexicanos y de un altísimo valor histórico y científico. Las láminas originales permanecieron extraviadas por más de un siglo, debido a las convulsiones políticas en México y Europa, de donde las reproducciones de las “damas de Ginebra” constituyeron el único referente para la investigación botánica en la materia.

 

Mociño regresa a Barcelona, España donde muere pobre y ciego en 1820. Se perdió toda huella de sus pertenencias, incluyendo los dibujos originales de la expedición.

En 1981 aparecieron en Barcelona los dibujos originales de la Expedición, que habían desaparecido a la muerte de Mociño. Los dibujos, en poder de la familia Torner, fueron malvendidos a 2.000 pesetas cada uno, a una institución norteamericana, el Hunt Institute for Botanical Documentation, y salieron de España sin que se tuviera en cuenta el valor científico e histórico que representaban por parte de las autoridades españolas, ni hubiera notificación de su valor por parte de la institución americana.

Se inició así un litigio entre las instancias académicas de EU y España reclamando la pertenencia legítima de las láminas, de manufactura mexicana.

 

  • La obra conmemorativa del centenario de la UNAM

Bajo el título La Real Expedición Botánica a Nueva España de José Mariano Mociño y Martín de Sessé, fue publicada por Siglo XXI Editores y la UNAM la colección completa de láminas realizadas por Atanasio Echevería y Vicente de la Cerda, dibujantes de la expedición.

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El gran mérito de esta edición es la actualización de la clasificación de las plantas, de acuerdo a los criterios actuales en Botánica y Biología. Se incluyó como referencia el sistema de clasificación utilizado durante la expedición, el propuesto por Carlos Linneo, por lo que fue necesario recuperar las anotaciones realizadas por Mociñó y de Sessé a cada una de las ilustraciones, labor en la que intervinieron más de 70 investigadores de diferentes institutos (Filolóficas, Botánica, Biología, entre otros) de la Universidad Nacional Autónoma de México.