lunes, 15 de marzo de 2010

La ¿Capacidad? Científica mexicana

El día viernes 24 de abril por la mañana la noticia ya era un hecho, por orden del gobierno federal las instituciones educativas de todos los niveles –desde preescolar hasta universidades- en el DF y Estado de México se suspendían las clases, esto como medida preventiva al brote de influenza H1/N1 según informó el secretario de Salud José Ángel Córdova. A la par de esta acción la incertidumbre y el temor social comenzaban a crecer.

En los noticieros de televisión se difundía lo alarmante de la situación a la que nos enfrentábamos con el virus H1/N1, en tanto que esto pasaba el domingo 26 de abril el Presidente Felipe Calderón en su discurso a la nación dice que: “en 72 horas, el país contará con laboratorios especializados para confirmar el tipo de virus presente de los casos de influenza porcina.” En el mismo comunicado resalto que originalmente especialistas mexicanos habían detectado el agente viral. Sin embargo el virus es identificado por los laboratorios de Canadá y EU, ningún científico mexicano participa en el desarrollo de la investigación.

La sociedad al verse rodeada de un mal que le puede llevar a la muerte, no sabe bien a bien hacia quien dirigirse, en quien confiar, comienza a interrogar para tratar de entender que es lo que esta sucediendo. Un actor principal fue la Secretaría de Salud del gobierno mexicano, que en décadas recientes se dijo estar preparada y capacitada para atender una alerta epidemiológica de grandes magnitudes, hoy y en los hechos se ve que ha quedado rebasad y deja al descubierto total que no sólo carecen de infraestructura, sino de capacitación al personal y un plan efectivo ante esta situación, en suma un descuido a la seguridad y al derecho de salud de los mexicanos.

Claro ejemplo de ello es el paro de labores que realizan los médicos internos del Centro Medico Nacional “La raza”, para exigir a las autoridades cubrebocas, medicamentos y material suficiente para atender dicha contingencia, el tan lamentable cierre de puertas del Hospital 20 de noviembre, ambos considerados los hospitales insignia del país.

Con 45 muertos en promedio, la SSA se muestra que no esta preparada para enfrentar una situación como esta. La SSA modificó sus datos: Desde el jueves 23 de abril, cuando se determinó la emergencia sanitaria, ocurrían 230 hospitalizaciones y 68 decesos se aseguro que 20 de los casos de muerte estaban confirmados. Esta versión se prolongó del día 23 hasta el 27. De pronto solo se anunciaron 7. El secretario de Salud le hecho la culpa a la poca claridad de cifras a las secretarias de salud estatales, pues argumento que no respetaron el protocolo pactado en 1994 para llevar a cabo esta información.

Desde una trinchera se escucha la voz de las instituciones científicas mexicanas, el 29 de abril la UNAM instala el Comité Universitario de Atención a la Emergencia Sanitaria, en el cual a través de un portal en Internet se suman los esfuerzos científicos de la Institución, el cual fue el responsable de informar a la comunidad de esta casa de estudios y a la sociedad las decisiones que se asumieron en los días posteriores.

Ese mismo día la jefatura de Gobierno del Distrito Federal emitió el acuerdo por el que se constituyo el Comité Científico de Vigilancia Epidemiológica y sanitaria de la Ciudad de México, como un órgano de consulta, análisis y asesoría. Vale la pena mencionar que este es un esfuerzo notable del GDF de reunir expertos en la materia para poder tomar decisiones y acuerdos.

El 30 de abril el director del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Carlos Arias Ortiz, dijo a los medios de comunicación, que en el Instituto se puede caracterizar molecular y genéticamente el nuevo virus de la influenza, hacer pruebas diagnósticas y producir Tamiflu, si se obtienen las licencias necesarias de las farmacéuticas propietarias de las patentes. Empero, no hay respuesta del gobierno.

Posteriormente Gloria Soberón Chávez, directora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, dijo que el Instituto cuenta con un laboratorio de alta seguridad nivel 3 para trabajar con patógenos. Desde hace varios años, en ese espacio los científicos investigan bacterias como la causante de la tuberculosis (Mycobaterium tuberculosis) “Solo necesitamos las muestras clínicas de los pacientes para extraer el material genético del virus y ampliar la información sobre este nuevo microorganismo”, indicó.

Pero la SSA sólo se enfoco en hacer diagnósticos e identificar casos positivos y negativos. Hasta el momento, en lo que he podido buscar y es del dominio público, no ha salido una línea de investigación relacionada con el virus de la influenza H1/N1 por parte de las autoridades federales mexicanas.

El desarrollo de innovaciones en las regiones es crucial para mejorar en general la competitividad de las regiones y logar el crecimiento de las naciones en largo plazo. Y en México y al gobierno actual, eso no le queda claro. Pero también es importante señalar que por parte de la comunidad científica no ha habido muchos ánimos de exigir y hacerse oír y hacer presencia de esa ciencia ignorada por la política.

México invierte en un año el equivalente a 0.4 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en investigación y desarrollo, porcentaje que lo ubica en el último sitio entre las naciones que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de acuerdo con un reportaje de este organismo publicado el 10 de mayo en el diario La Jornada.

domingo, 7 de marzo de 2010

Cuando las aguas bajaron













En la entrada hay unos soldados que con su sola presencia advierten lo que ya se esperaba, una zona de emergencia, casi de desastre natural. Al irme abriendo paso entre las calles las imágenes de ese domingo son dantescas, dolorosas, indignantes, imágenes que dejaran una herida abierta en la memoria de todos los que las hemos visto y vivido, pero me da la sensación que es aun mas fuerte en la de los niños…

Con un fuerte dolor interno, me voy abriendo paso poco a poco pues aunque me encuentro en la avenida que es bastante amplia, la circulación se ve afectada por la gran cantidad de gente que esta apilando sobre las calles los muebles y demás utensilios que fueron reducidos a simple basura después de la inundación. Al recibir la noticia de que el dique que contiene el río de los Remedios fue fracturado a la altura de mi colonia; la desesperación se apodero de mi por saber como se encontraba mi familia, la gente que uno conoce, peor aún, saber bien a bien cual era la situación por la cual se atravesaba.

Ahora era otro tipo de desolación: después de tres días de estar anegadas las casas de aguas negras a la altura de un metro, en algunas partes de metro y medio, las aguas bajaron y se llevaron el esfuerzo de muchos años por hacerse de una sala bonita, de la televisión que cada ves tiene una mejor calidad de imagen… de tantas cosas que uno idealiza y se hace de ellas a base de trabajo versus esfuerzo.

El olor de putrefacción impregnaba el ambiente, pero no fue mas fuerte que las muchas manos que en cada casa trataban de limpiar el rastro que había dejado aquel punto y aparte que se sucedió el jueves 4 de febrero. Rompió la cotidianeidad y a Valle de Aragón le quito el título otorgado en 1978 como “la unidad habitacional modelo de América Latina”.

En mi casa la situación no fue diferente, ya mi familia había sacado el agua que quedo rezagada y ahora tocaba sacar las cosas “tirarlas” para que no fueran foco de infección, deshacerse de ellas pues ya no servían. Lo hice de prisa y sin detenerme a prestar atención en que era. Pues los sentimientos también estaban de por medio, algunos recuerdos que también se los llevo el agua…

La tarde apremiaba, y la noche se hacía cada ves mas presente, había tanto que hacer que perdimos la noción del tiempo, de ves en ves nos saludábamos con los vecinos impidiendo que las lagrimas siquiera se asomaran. No olvidare el momento en que las compañías aseguradoras entraron por los carros destruidos, fue un momento tan intenso en el ánimo de sus dueños que de recordarlo se me hace un nudo en la garganta. O como el recuerdo que quedo en varios niños que estuvieron en el momento que “subió” el agua. Uno de ellos me cuenta que su miedo no fue ver subir y sentir la corriente del agua que invadía su casa. Si no de cuando fueron desalojados y separados de sus padres, que se negaban a dejar lo que alcanzo a no mojarse y quedo de su patrimonio. Con cierto temblor que alcanzo a percibir en ellos me confían “es que a lo mejor se ahogaban”

Cuando llego el gobernador del Estado, me recordó a la escena en la que Moctezuma es apedreado por su gente. Lo mismo paso, al decir que lo que sucedió era algo impredecible la gente comenzó a lanzar piedras y muy indignado se fue así no mas, pues le habían dañado su cutis tan cuidado que parecía hasta maquillado. El dictamen de los ingenieros fue que la fractura se debió a que el Circuito Exterior Mexiquense no fue bien planeado y debilito el dique. A lo mejor no le dio tiempo de leerlo al catrín de nuestro gobernador… a lo mejor.

Las brigadas médicas poco a poco se retiraban, los familiares que llegaron para ayudar también, la noche ya estaba entrada y el corte de energía eléctrica hizo que el silencio y la oscuridad imperaran. En medio de esa calma que precede a la tempestad, se escuchaban quedamente sollozos hundidos en las almohadas, perdidos, punzantes como la idea de desesperanza que causo el día que bajaron las aguas en mi Unidad.